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martes, 29 de mayo de 2018

Qué ocurre con nuestras piernas cuando envejecemos

Por Marina B.

Aunque comenzamos a envejecer desde un momento específico de nuestra juventud, el arribo a la tercera edad acelera procesos degenerativos en todo nuestro organismo. Perdemos movilidad, energía, rapidez física y mental: el cuerpo humano se hace más frágil. Desde que los patrones demográficos han explicado ampliamente el profundo proceso de envejecimiento al que se avoca la población mundial, los estudios sobre el tema ocupan a muchos centros de investigación en el mundo. Científicos de la Universidad Metropolitana de Manchester, en Reino Unido, han descubierto recientemente las posibles causas de la pérdida de masa muscular en las extremidades inferiores al envejecer.

Durante este proceso afrontamos problemas con los movimientos cotidianos, como usar las escaleras, sentarse e incorporarse de una silla, etc. Y es que a medida que pasan los años, los músculos de nuestras piernas se empiezan a tornar débiles y pequeños. Es algo que ocurrirá inevitablemente, con mayor o menor rapidez. Este grupo de investigadores cree que la pérdida natural de masa muscular que experimentan los ancianos está directamente asociada a la pérdida de nervios.

Entre otras investigaciones, realizaron pruebas a 168 hombres y descubrieron que a los 75 años los nervios que controlan las piernas habían disminuido en un 30 por ciento, lo que provocó como consecuencia directa que disminuyera la masa muscular. Según JamieMcPhee, de la Universidad Metropolitana de Manchester los adultos jóvenes poseen entre sesenta mil y setenta mil nervios, encargados de controlar el movimiento de las piernas desde la columna. Esto cambia dramáticamente al arribar a la vejez, pues se produce una pérdida de entre el 30 y el 60 por ciento de los nervios, y los músculos pierden así los transmisores de la señal que debería enviarles el sistema nervioso para que se muevan.

En colaboración con las universidades de Waterloo, en Canadá y la de Manchester, en Reino Unido, estos especialistas analizaron detalladamente los tejidos musculares a través de técnicas de resonancia magnética. Registraron además su actividad eléctrica con el objetivo de estimar la cantidad y la calidad de los nervios restantes. La buena noticia es que descubrieron que los nervios son capaces de enviar nuevas señales rescatar los músculos y evitar que estos se consuman y pierdan energía. Por supuesto, las personan en mejor forma física, con músculos más grandes y sanos tienen más posibilidades de que esto ocurra.

Aunque aún se desconoce el motivo de que las conexiones entre músculos y nervios se destruyan con la edad, las investigaciones de la Universidad Metropolitana de Manchester abren el camino para en un futuro poder encontrar la forma de frenar la pérdida de masa muscular.