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miércoles, 13 de junio de 2018

El desarrollo de los medicamentos para combatir los opiáceos

Por EvelynR

La ciencia médica sigue su avance y ahora vemos que cada día perseveran mayores esfuerzos por conservar la salud a nivel mundial. Por ejemplo, hoy en día tenemos muy claro cuáles son los dos medicamentos principales que se usan para tratar la adicción a los opiáceos y que pueden ser seguros y efectivos, según los datos develados por un estudio reciente. Y es que con Estados Unidos en medio de una crisis de opiáceos sin precedentes en la historia, los investigadores realizaron un ensayo de comparación directa de dos tratamientos principales ante ello: la naltrexona (Vivitrol) y la buprenorfina-naloxona (Suboxone).

El medicamento más reciente, la naltrexona, es tan efectivo en hacer que los pacientes no usaran heroína y en la prevención de las recaídas y sobredosis, como la buprenorfina,explicó el investigador principal, el Dr. Joshua Lee, profesor asociado en el departamento de medicina y salud de la población de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, quien resaltó que los resultados deberían tranquilizar a los pacientes y a los proveedores de atención de la salud acerca deque el uso de la naltrexona es seguro para romper el ciclo de la adicción. Esto da dos opciones a las personas, afirma.

Las sobredosis de heroína y de analgésicos de opiáceos recetados como la oxicodona ya se han cobrado la vida de 300 mil personas desde el año 2000, según cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y el Presidente Donald Trump ha afirmado que la epidemia de opiáceos es una emergencia de salud pública.

Pero ambos medicamentos contra la adicción funcionan al reducir el deseo de intoxicarse, aunque la naltrexona, una inyección mensual, necesita que los pacientes se desintoxiquen primero y ello la hace menos atractiva para algunos adictos, pues tienen que pasar primero por el periodo de abstinencia, dijo Lee. La naltrexona es un narcótico bloqueador, no un sustituto de los narcóticos y las personas que siguen con la naltrexona dejan los opiáceos del todo, añadió el doctor.

La buprenorfina, por su parte, es una pastilla diaria que comienza a funcionar sin necesidad de desintoxicarse y al igual que la metadona, es un reemplazo de los opiáceos. Pero también tiene sus inconvenientes, pues por el hecho de que actúa como un opiáceo, los pacientes pueden volverse dependientes de ella, y si dejan de tomarla puedenpadecer síntomas de abstinencia, explicó Lee. Además, la buprenorfina tiene gran potencial para que se abuse de ella, indicó.

Pero la naltrexona no tiene estos problemas, dijo., aunque si se deja de tomar, las probabilidades de volverse adicto a los medicamentos o las drogas de nuevo son altas. No obstante, el tratamiento con cualquiera de estos medicamentos podría ayudar a reducir las 60 mil muertes anuales por sobredosis, refirió Lee y añadió que las personas no deberían dudar en buscar tratamiento con uno de estos medicamentos, y pueden consultar este estudio para ver cuál encaja mejor con ellas. Obviamente, estos hallazgos asumen que los pacientes tienen la motivación de dejar los opiáceos, indicó.

Para probar los medicamentos, los investigadores encargados hicieron que alrededor de 570 adictos tomaran naltrexona o buprenorfina durante 24 semanas, de ellos más de 8 de cada 10 eran adictos a la heroína. Dicho estudio fue realizado de 2014 a 2017 en varios centros de tratamiento comunitarios afiliados a la Red de Ensayos Clínicos del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos.

Luego de 6 meses, las tasas de recaída eran parecidas: el 52 por ciento con naltrexona y el 56 por ciento con la buprenorfina, según rezaba el informe, pero las ansias de tomar narcóticos fueron más bajas con la naltrexona, descubrieron los investigadores. No obstante, al concluir las 24 semanas, las tasas fueron parecidas.

También, la dificultad de llegar a la desintoxicación fue un problema grave para las personas del grupo de la naltrexona, pues aproximadamente una cuarta parte fue incapaz de completar el proceso de desintoxicación necesario para obtener el medicamento.

Por otro lado, estos medicamentos son caros y sin seguro, pueden costar de 600 a mil 200 dólares al mes, refirió Lee, pero la mayoría de aseguradoras, incluyendo Medicaid y Medicare, cubren los gastos.