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domingo, 27 de mayo de 2018

De cuando Vargas Llosa culpa al feminismo

Por Eme

El nobel peruano, el escritor Mario Vargas Llosa, residente en España, escribió recientemente que el movimiento feminista es hoy "el principal enemigo de la literatura", en su artículo “Nuevas inquisiciones” en el diario de mayor tirada de ese país europeo, El País. En su opinión, el peruano, todo lo que juzgue, se convierte en enemigo de las conciencias.

Mario Vargas Llosa explicó que la literatura siempre ha tenido oponentes. La religión, escribió, es la primera y más peligrosa porque sus defensores más firmes quemaron libros que eran contradictorios con su ideología. Los sistemas totalitarios, como el comunismo y el fascismo, también prohibieron la literatura que podría incitar creencias y comportamientos radicales. Incluso ahora, las democracias intentan restringir los libros, dijo Vargas, por razones morales o legales. Sin embargo, admite, al menos es posible resistir estos cambios. Esta historia conflictiva destaca el poder de la literatura para cambiar los ideales y reflejar a la sociedad en todos sus puntos multifacéticos.

El feminismo ha barrido el mundo, llamando a la igualdad en todas partes de la sociedad. Pero algunos, sugirió Vargas, han ido demasiado lejos al tratar de eliminar completamente la misoginia, los prejuicios y la inmoralidad de la literatura. Lamentó que muchos sectores estén tan aterrorizados de ser etiquetados como "odiadores de mujeres" o "machistas" que acepten estas demandas en silencio. Incluso se han intentado eliminar a autores 'grandes' como Pablo Neruda, Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte de los planes de estudios escolares en lugares como España, por su contenido misógino en algunas de sus obras, lo que al autor de La Catedral, le parece un absurdo, y realmente un peligro.

Rebecca Solnit, en el sitio web literario Lithub, escribió un artículo titulado '80 libros que ninguna mujer debe leer ', condenando novelas que tenían fuertes temas misóginos, de cómo la violencia hacia las mujeres puede ser erotizada por los hombres en Black Dahlia, a cómo Charles Bukowski describe el grosor de piernas de mujeres feas en la oficina de correos. También coloca a Ernest Hemingway firmemente en la zona de no lectura, llamándolo "misógino, antisemita, homofóbico", y describe cómo al leer estas novelas, internalizamos los elementos negativos de la narración, lo que hace que las mujeres se menosprecian y alientan el patriarcado para prosperar.

Vargas usa el libro de George Bataille, Literature and Evil, para explicar las consecuencias de solo exponernos a la literatura moral políticamente correcta. "La literatura no es inocente", declara Batailles en el prefacio de su libro de ensayos. "Es culpable y debería admitirse a sí mismo". Batailles, influenciado por Freud, expone que todos los humanos están llenos de maldad, pero que lo ocultamos bajo la superficie para que la sociedad pueda proceder como siempre. Sin embargo, este "mal" dentro de nosotros no solo desaparece, sino que necesita una salida para escapar. A lo largo de las épocas, esta salida ha sido literatura. Gracias a la libertad relativa que hemos tenido en el pasado, se ha escrito una gran literatura, y esta literatura es una parte integral de nuestra cultura y de nuestra sociedad, concluyó el novelista peruano.