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martes, 8 de mayo de 2018

El canadiense que quería ser chamán y fue asesinado

Por Eme

El canadiense Sebastian Woodroffe, de 41 años, había ido hasta la región amazónica del Perú, para convertirse en un chamán sanador de adictos a las drogas, utilizando la famosa planta alucinógena, ayahuasca. Pero con la muerte del chamán principal de la zona, los locales lo culparon de su muerte, y lo lincharon. En Perú, es usual que algunos pobladores se tomen la justicia por su cuenta.

El cuerpo del canadiense Sebastian Woodroffe fue encontrado enterrado en una tumba poco profunda, en la región de la Amazonía, en Perú, a finales de abril, cuando primero se publicó en las redes sociales, un video de su linchamiento, donde se veía, a Woodroffe tirado en un charco mientras dos hombres le colocaban una cuerda alrededor del cuello y luego lo arrastraban, hasta asfixiarlo.

Ahora, un juez, en Perú ordenó el arresto de dos sospechosos del linchamiento del canadiense de 41 años en la remota región amazónica, que estaba allí para convertirse en “sanador” de adictos a las drogas, algo que afecta en gran medida a su sociedad. Un fiscal local dice que pudo haber sido asesinado porque los lugareños sospechaban que había asesinado a su vez, a una famosa sanadora del sitio. El primer asesinato en cuestión, de la chaman o curandera espiritual, Olivia Arévalo, de 81 años, del grupo indígena Shipibo-Conibo, sucedió a tiros fuera de su casa, aunque nadie presenció el asesinato y no se encontró el arma homicida, su familia culpó a Woodroffe por su asesinato. Lo habitual, es que pasara entonces lo que sucedió, que los lugareños se tomaran la justicia por su cuenta y lo mataran, incluso sin pruebas concluyentes de su culpabilidad.

El fiscal local dice que la familia alega que el canadiense Woodroffe estaba enojado con la chamán Arévalo por negarse a realizar una ceremonia espiritual en la que se usa la droga alucinógena, conocida como ayahuasca. Los sanadores Shipibo, de la tribu de la señora asesinada, han estado usando ayahuasca en sus ceremonias espirituales durante siglos. El canadiense, de acuerdo con su propio sitio de recaudación de fondos, quería cambiar de carrera y convertirse en un consejero de adicciones que usaba medicinas alucinógenas. Había viajado a Perú para hacer un aprendizaje y sí recurrió en específico a Arévalo en busca de ayuda e instrucción.

Olivia Arévalo era sanadora espiritual y activista de los derechos indígenas también. Aunque ninguno de los crímenes está aclarado, y las investigaciones apenas, comienzan, ya que en esas zonas, hay poca presencia policial, se manejan varias teorías. Se descarta en cierta medida, que el canadiense haya perpetrado el crimen, y que pudiera haber sido asesinada por otro extranjero por una deuda no pagada. También se investiga, quién más, además de esos dos sospechosos, son responsables de la muerte del canadiense, pues en el video colgado en una red social, se veía que durante el linchamiento, al menos público, había bastante.