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viernes, 11 de mayo de 2018

Malabares con la pobreza en Perú

Por Paute

En este siglo, Perú había tenido un éxito espectacular en la reducción de la pobreza, más que cualquier otro país en América Latina, según la ONU. La proporción de la población que es pobre cayó del 55% en 2001 al 21% en 2016. Pero en el último año estadístico, 2017, 375 mil personas más se hicieron pobres.

El Instituto Nacional de estadísticas del Perú, define la pobreza como un ingreso mensual por persona de menos de 338 soles (103 dólares), por ello durante quince años, consiguieron disminuir el índice de pobreza, en casi un 30%, pero para el último año analizado, 2017, las cosas no terminaron tan positivas. La mayor parte de esta disminución de la pobreza se debió al rápido crecimiento económico, aunque recientemente los mejores programas sociales han ayudado. Pero ha llegado a su fin la buena racha, la tasa de pobreza volvió a subir al 22%, lo que significa que 375 mil personas más, son pobres.

El aumento es pequeño, pero es preocupante y tiene importancia más allá del Perú. A diferencia de algunos de sus vecinos, su economía aún se está expandiendo a un ritmo razonable (creció un 4% en 2016 y un 2,5% en 2017). En el pasado reciente, la pobreza habría caído con esa tasa de crecimiento. En otras palabras, reducir la pobreza es cada vez más difícil. Eso es cierto en toda la región. Cada vez se hace más difícil, reducir los índices, que no son más que gente al final. También el crecimiento de los nacimientos descontrolados en zonas rurales, y comunidades pobres, no favorece.

Entre 2014 y 2017, la tasa de pobreza promedio en 18 países seguidos por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe aumentó de 28.5% a 31.7%. Es cierto que la mayor parte de esto se debió a una recesión en Brasil y una depresión en Venezuela. Pero por el momento, los años de rápido progreso social en América Latina han terminado.

El mejor antídoto sería un crecimiento económico mucho más rápido. En el caso de Perú, crear consenso social para grandes proyectos mineros sería de gran ayuda en el corto plazo. El ingreso de divisas y de impuestos que proporcionan se recicla en la forma de una mayor demanda de servicios que emplean a personas no calificadas. Pero tanto para el Perú como para la región en general, impulsar la productividad y diversificar la economía es vital para reducir la pobreza en un mediano plazo. También un gran número de la clase media baja emergente sigue siendo vulnerable a los cambios en las circunstancias personales o nacionales, como las inundaciones del año pasado en Perú.

La pobreza tiene muchas dimensiones, aparte de los ingresos, como muchos gobiernos ahora reconocen. Incluyen problemas de salud, vivienda y educación, falta de capacitación e instalaciones para el cuidado de los niños, vecindarios peligrosos y transporte público inadecuado.