Klopp y Liverpool van con todo
La Premier League necesita un Liverpool fuerte esta temporada. Van solo dos fechas, pero el Manchester City parece haber mejorado desde el último trimestre, mientras que los otros principales contendientes están en constante cambio o tienen debilidades importantes. Si hay aluna carrera por el título, el Liverpool tiene que ponerse a ello desde el principio.
Y parece que lo están. La victoria 2-0 sobre el Crystal Palace no fue su mejor actuación, pero se enfrentó a casi todo lo que unas duras águilas les lanzaron y salió con tres puntos. Los goles de James Milner y Sadio Mane fueron suficientes, mientras que las actuaciones de los nuevos muchachos Naby Keita y Alisson Becker se combinaron para sugerir que 10 meses más adelante esto será una diversión en el condado de Merseyside.
El juego tardó un poco en calentarse, pero en el espacio de unos minutos una jugada brillante en cada lado puso en marcha las cosas. Primero Keita se encontró en problemas en la posición de lateral izquierdo del Liverpool, pero produjo un magnífico para saltar de allí, luego conectó un notable pase largo sobre la parte superior a Mohamed Salah. La máquina de gol de la temporada pasada, de manera poco habitual en él, lo malogró. Luego, para el Crystal Palace, Andros Townsend hizo un tiro extravagante desde más de 20 metros.
Segundos antes del medio tiempo, Liverpool tomó la delantera. Salah cayó en un área con un par de defensores a poca distancia, pero pareció tropezar en lugar de ser derribado. No obstante, el réferi Michael Oliver pitó penal, que Milner convirtió.
Crystal Palace presionó duramente al Liverpool en la segunda mitad, asegurándose de que Alisson fuera bien probado. Según los informes, los Reds pasaron parte del entrenamiento de esta semana “maltratando” al brasileño para prepararlo con vistas a una noche física, y valió la pena. Se ocupó de todo lo que se cruzó en su camino.
Cuando las águilas atacaron, los visitantes tuvieron que confiar en los contraataques, y fue a partir de uno de ellos que se fortaleció el control del Liverpool. Salah fue enviado solo por Aaron Wan-Bissaka, quien hasta ese momento había sido el mejor jugador en el campo, para cortar sus talones fuera del área. Era torpe en vez de malicioso, pero la tarjeta roja era inevitable.
El Crystal Palace siguió adelante después de eso, pero los puntos fueron sellados en el tiempo de descuento, cuando el Liverpool despejó un corner y envió a Mane rayando por el campo, para rodear al arquero y anotar.